por wiccaargentina el 08/03/2010 18:04, en Mitología. Los dioses de la wicca. Creencias. Ancestros.
Según el ritual, los auspicios comenzaban indicando el impetrante los signos parlantes que esperaba obtener de Júpiter; a veces solían advertirse signos inesperados y por consecuencia desfavorables, pues la superstición tendía a acrecentar el número ele fenómenos, especialmente los fortuitos; pero los augures no admitían más que cinco especies de signos: 1.º Signos celestes, o sea el relámpago, el trueno y otros fenómenos meteorológicos. El relámpago en un cielo sereno era el auspicio por excelencia, considerándose favorable siempre que se dirigía de izquierda a derecha, porque la izquierda del observador correspondía a la derecha de Júpiter, y desfavorable cuando se daba en sentido contrario. 2.º El vuelo de las aves; pero la complicación de las reglas concernientes a este signo hizo que se abandonara bien pronto. Los augures habían catalogado las aves observables siendo de tener en cuenta la especie de las mismas, y después de hechas las observaciones hacían una recapitulación de los presagios observados; la dirección del vuelo del ave, la fuerza y especialmente el acento de su grito, determinaban el sentido favorable o desfavorable del augurio. 3.º Eran muy frecuentes los presagios deducidos del apetito de las aves, especialmente de los pollos y fueron de uso tan general que los pullarii tendieron a reemplazar a los augures. Se tenía por el signo más favorable que el pollo dejara caer de su pico algo de comida. 4.º La observación de los movimientos y actitudes de los cuadrúpedos y reptiles; y 5.º Signos fortuitos y que sólo tenían valor negativo.
por wiccaargentina el 08/03/2010 18:01, en Mitología. Los dioses de la wicca. Creencias. Ancestros.
Los augures eran teólogos romanos encargados de conservar las reglas tradicionales relativas a la observación e interpretación de los signos naturales que constituían los auspicios. La etimología de su nombre debe buscarse en el fenómeno del vuelo de las aves que fue su principal motivo de observación. Como podía decirse de ellos que conducían en cierto modo a las aves, con las voces avis y gerere debieron componerseaugurium y augur. Todo auspicium explicado se convertía en un augurium, y un augur era un aspex capaz de fundar sus observaciones en reglas tradicionales. Algunos autores emplean auspicia y auguria como términos sinónimos. En cuanto al origen del arte augural, venía de la ciencia de los etruscos y del arte mántica los griegos, de manera que como práctica era más antigua que Roma misma, y lo confirma la tradición de que la ciudad fue fundada con auspicios por un rey augur que había hecho su educación religiosa en Gabias. El Estado tenía sus augures, pero nada impide el suponer que hubiera también augures privados a quienes se dirigieran los particulares para hacer sus consultas religiosas. El famoso Attus Navius fue augur libre o privado antes de que Tarquino le hiciera augur real o público.
Los augures del Estado formaban una corporación denominada Colegio de los Augures. Tenían sus reuniones en un templo especial de que habla Cicerón, gozaban de ciertas inmunidades garantizadas por la inamovilidad de sus empleos, sin que por esto pudieran rehusar su ministerio a los magistrados o a los pontífices máximos para las inauguraciones sacerdotales. Dichos colegios tuvieron un carácter más político que religioso, y más que sacerdotes los augures eran casuistas o «intérpretes de Júpiter,» encargados de velar por las reglas de la adivinación. Los libros augurales eran: 1.º rituales, quizá los libri reconditi, que contenían la indicación precisa del ceremonial que debía observarse y las fórmulas propias para pronunciar en los casos previstos; 2.º los comentarios o resúmenes de las decisiones oficiales (Decreta augurum) que de edad en edad habían esclarecido y fijado la ciencia augural. En un principio los archivos augurales y el arte augural fueron como un misterio impenetrable para los profanos. Su principal objeto era el estudio del vuelo de las aves cuando este fenómeno ocurría en un lapso de tiempo dado o en un espacio dado a partir de la fórmula especial pronunciada por el impetrante, y en ese lapso de tiempo se distinguía un momento crítico o supremo (tempestus), probablemente aquél en que la observación iba a concluir. El espacio dado era lo que ellos llamaban el templo, entendiéndose por tal una porción de la bóveda celeste comprendida entre límites ideales trazados por el lituo o bastón augural y la porción de superficie terrestre que les correspondía, limitada por puntos de mira, generalmente árboles. El templo romano era más sencillo que el etrusco, estando orientado por dos líneas perpendiculares (cardodecumanus) que se cortaban en el centro (decussis), punto en que se colocaba el observador, correspondiendo los extremos de las líneas a los cuatro puntos cardinales. No en todas las épocas se orientó de la misma manera la línea principal, pero siempre determinó la derecha y la izquierda del observador dirigiendo la mirada al plano vertical que pasaba por esa línea. Todos los límites y divisiones del templo se trazaban en ángulos rectos pronunciando ciertas palabras sacramentales.
por wiccaargentina el 08/03/2010 17:45, en Mitología. Los dioses de la wicca. Creencias. Ancestros
Como Rómulo desapareció repentinamente, los romanos no sabían quien sería el sucesor al trono.
Los sabinos, querían un gobernante sabino, pero los romanos no podían soportar la idea de ser gobernados por alguien que no fuera romano.
Estas discusiones beneficiaron a los pueblos vecinos, que aprovechando la falta de un gobernante que pusiera orden en la región, comenzaron a arrebatar tierras y ganados de sabinos y romanos.
Los Senadores determinaron que el pueblo debía elegir un rey cuanto antes y el senado lo ratificaría mas tarde.
Buscaron candidatos durante mucho tiempo y el más apropiado por sus condiciones de hombre piadoso y sabio era Numa Pompilio. Trataron de convencer a Numa con muchos argumentos, pero el no quiso aceptar el cargo. A pesar de su negativa, propusieron su nombre ante el Senado y sus miembros lo aprobaron por unanimidad.
Al ver Numa que no tenía escapatoria, pidió que se consultara a un intérprete de presagios o a un augur. El augur llegó hasta el Capitolio y oró ante Júpiter pidiéndole una señal para ratificar a Numa como gobernante de De repente, una bandada de buitres cruzó el cielo volando tal como había ocurrido con Rómulo.
Interpretaron esto como una señal positiva y Numa se vio obligado a aceptar el cargo.
Numa levantó un templo al dios , que era el dios de las puertas y las entradas.
Ese templo tenía dos puertas enormes. Si estaban abiertas era señal de que había un conflicto y si estaban cerradas, indicaba que el conflicto estaba terminado.
Numa celebró tratados de Paz con los pueblos vecinos y las puertas del templo permanecieron cerradas durante su reinado.
Como Numa era un hombre piadoso, enseñó a su pueblo la manera de rendir culto a los dioses creando un calendario donde separó los días que quiere decir felices, de los que quiere decir desgraciados.
Dice la Leyenda que Numa tenía poderes mágicos y que en una oportunidad, en que tenía invitados a un Banquete y este no se preparó a tiempo, las mesas se llenaron por arte de magia con los más exquisitos manjares y los más delicados vinos.
Numa Pompilio era más un sacerdote que un rey. Por eso creo Colegios Sacerdotales. El de los , , , y el de las
Como Numa conocía esta situación y sabía que era difícil para un rey, instituyó el cargo de Pontífice. El Pontífice se debía dedicar en forma exclusiva al culto de los dioses y a las festividades religiosas.
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