Sus dedos tocaron con dolor esos orificios que adornaban su níveo cuello, estaba muy confusa y no recordaba nada de la noche pasada, solo que caminaba por la ciudad y de pronto se sintió impulsada a mucha velocidad en unos brazos duros como el acero...luego era todo difuso, solo oscuridad reinaba su mente, se dispuso a ducharse y el r...eflejo del espejo le devolvió un rostro lleno de confusión y detrás de su imagen estaba él con su mirada penetrante y sus ojos negros como la noche que la miraban con frágil deseo y urgencia, de repente el espejo se rompió en mil pedazos y Laura tuvo que apartarse para no herirse con los pedazos rotos, se quedo sentada en el pasillo de su apartamento sin saber que pensar, ¿que demonios pasaba con su vida y quien era el desconocido del espejo?

Cuando termino de ducharse se vistió y se decidió por salir un rato a ver si se despejaba, tenia la mente como dispersa y esperaba que el paseo la ayudara a estar mejor. Caminaba por la gran avenida cuando noto como una fuerza la arrastraba a coger otra dirección hacia las afueras de la ciudad, camino deprisa entre los comercios y la gente que indiferente se cruzaba con ella sin mirarla, no sabia lo que hacia ni donde iba, pero en su mente estaba el rostro del espejo, tenia que buscarlo y parecía que una fuerza desconocida lo guiaba hacia el, camino largo rato y por fin llego a una casa que estaba solitaria y alejada de la ciudad, el sol ya se ocultaba en el horizonte y Laura sintió mucho frío en su cuerpo de repente, pero esa fuerza la atraía poderosamente hacia la casa...

Penetro en la oscura casa, era muy antigua pero dentro estaba limpia y con muebles del siglo pasado, tallados en maderas preciosas, recordó Laura esa cama grande con sabanas de seda roja, su mente quería recordar pero había como una fuerza que se lo impedía, continuo caminando por el largo pasillo que conducía a esa habitación donde estaba él, ahora lo sabia, le estaba esperando con esa sonrisa malévola y sensual, de puro deseo...

Abrió la puerta y la habitación estaba sumida en la oscuridad, solo ese pequeño resplandor de las velas, trato de verle, de que sus ojos se adaptaran a esa oscuridad, y sintió como sus labios besaban su cuello y sobresaltada se volvió para ver quien era...era él...su bello desconocido que la miraba con osadía, desnudando con la mirada su hermosa anatomía, la cubrió de besos mientras ella se negaba sin poder hacerlo, sus brazos eran como acero hirviendo y ya no opuso resistencia cuando sus colmillos penetraron su cuello y succionaron su sangre, era tal placer que sentía que se sumió en un profundo sueño, donde eran amantes de la noche y el acariciaba todo su cuerpo haciéndola suya, sus dedos fríos exploraron todas sus partes femeninas, delicadas caricias en su pubis, sus senos fueron lamidos con deleite, y fueron uno solo sintiendo un increíble orgasmo, dos amantes en una eternidad, en un infierno prohibido...Ver más